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Años más tarde, después de la Segunda Guerra Mundial, cuando algunos intentaban construir nuevas iniciativas de educación popular, los nuevos educadores volvieron a las propuestas de los fundadores del escultismo católico.

El 1 de noviembre de 1956 en Colonia, Alemania, se reunieron unos cincuenta jóvenes líderes alemanes y franceses; eran católicos, protestantes y ortodoxos. De su encuentro nació la “Federación de Escultismo Europeo”.

Después de tres días de debate, acordaron un documento con diez artículos, es decir, el Estatuto Federal. El primer artículo dice: “Se funda la Federación de Escultismo Europeo. Es una federación de escultismo internacional, compuesta por asociaciones nacionales. Su objetivo es practicar el método de escultismo de Baden Powell, dentro del marco europeo y sobre las bases cristianas incluidas en la idea de una Europa unida”.

Como emblema oficial de todas las asociaciones, la Federación adoptó una cruz maltesa de ocho puntas y una flor de lis dorada. Esta elección no se hizo por casualidad. Fue en el día de Todos los Santos, cuando la Iglesia proclama solemnemente las ocho Bienaventuranzas al mundo entero. Para la FSE, estas Bienaventuranzas están precisamente simbolizadas por las ocho puntas de su emblema.

A partir del 1 de noviembre de 1956, el Consejo Federal se reunió anualmente. Todavía lo hace hoy en día. En la reunión del Consejo Federal del año siguiente, se redactó un segundo texto, titulado “Directorio religioso”. Desarrolló el primer artículo de los Estatutos Federales y estableció las reglas de la vida religiosa en las unidades. El Directorio Religioso de 1957 dice en su primer artículo: “La organización llamada Federación de Escultismo Europeo reconoce el pleno valor de la fe cristiana. Actúa y toma decisiones de acuerdo con las reglas de esta fe”.

Con un extraordinario sentido del simbolismo, los jóvenes líderes reunidos en Colonia eligieron una insignia para llevar en el corazón, que resume todo su ideal. 

La insignia de todos los exploradores del mundo es la flor de lis, elegida por Baden-Powell porque era usada para apuntar al norte en las antiguas brújulas y cartas marinas.

Con este símbolo, Baden-Powell quiso dejar clara su intención de entrenar a los personajes, es decir, formar a hombres y mujeres capaces de abrirse camino y mantener el rumbo de sus vidas, independientemente de los cambios sociales y psicológicos a su alrededor.

Para los jóvenes reunidos en Colonia, la estrella polar a la que apuntaba la flor de lis de la brújula era Cristo, que murió en una cruz y resucitó para la salvación de todos los hombres. Esta cruz, roja con la sangre de Cristo, tiene ocho puntas que simbolizan las ocho Bienaventuranzas del Sermón de la Montaña, un emocionante programa de vida para aquellos que quieren seguir a Cristo.

El comisario general, Karl Schmitz Moormann, de Alemania, que vivió en París en 1957 por sus estudios, pidió a Pierre Joubert, el famoso ilustrador scout y gran experto en heráldica, que dibujara la insignia. 

Por razones estéticas, Joubert buscó una cruz lo suficientemente gruesa en el centro para incluir el lirio dorado, y su elección recayó en la cruz de ocho puntas de la abadía cisterciense de Morimond, que más tarde se convirtió en la cruz de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén.

Un documento de antecedentes escrito a finales de 1959 nos ayuda a entender mejor el espíritu de estos jóvenes.

“Algunos chicos y chicas estuvieron de acuerdo en que era imposible empezar a luchar de nuevo cada 20 años contra los demás y tener millones de huérfanos de guerra esperando su turno para salir a una nueva guerra…

Porque frente a las ciudades destruidas, los niños quemados por el napalm, los niños con una sola pierna que cojean entre dos muletas, y los hombres sin manos, sin ojos, algo se levantó dentro de nosotros y gritó “¡Basta!” (…)

Porque, como vimos en los campamentos y en los encuentros que compartimos,  nada, absolutamente nada nos separaba, y la amistad se desarrolló entre franceses, austriacos, belgas e italianos…

Así que nos comprometimos en esta batalla contra aquellos que quieren hacer crecer la desconfianza y el odio entre nosotros. Y así, con nuestra sonrisa y nuestras manos abiertas solamente, y lo poco que poseemos, que es el corazón de un ser humano libre y leal, fuimos hacia el otro, aceptando la misma cruz con la flor de lis dorada…

Así, protestantes, católicos, ortodoxos, sólo queríamos recordar que Cristo murió por todos (…) y queríamos ver en el otro un cristiano total al que Dios ama. Y más allá de las divisiones de los hombres, queríamos ser, por lo tanto, Scouts de Europa…”

Estos jóvenes líderes también se atrevieron a añadir algo nuevo e importante al texto de la Promesa: la fidelidad a Europa. Treinta años antes de que fuera adoptada por la Unión Europea, la bandera de las doce estrellas doradas ondeaba en todos los campos de la FSE. Los primeros Guías y Scouts de Europa también verían en ella un símbolo cristiano, es decir, las doce estrellas de la corona de la Virgen María como se describe en el libro del Apocalipsis.

En sus primeros años, la Federación incluyó grupos de exploradores en Alemania, Francia, Inglaterra y Bélgica. En número, la FSE era todavía pequeña pero realizaba muchos intercambios internacionales: su espíritu europeo y los contactos europeos que desarrollaba en sus unidades hacían que el escultismo europeo se distinguiera de las demás organizaciones de escultismo existentes en la época. Multiplicó las visitas, los encuentros, los hermanamientos y los campamentos comunes. En la publicación francesa Passat, para scouts y guías, podemos leer: “El campamento de verano es, sobre todo, una oportunidad para conocer mejor Europa y a nuestros hermanos scouts. Una tropa o compañía NUNCA va de campamento sola, sino siempre con chicos o chicas de otro país”.

La FSE organizó “campamentos federales” o “Jamborettes”. En 1959, el primer campamento federal se celebró en Wasserfal, Alemania, con unos 150 participantes alemanes, franceses y belgas. Al año siguiente, se celebró un segundo campamento federal en Saint-Loup de Naud, cerca de Provins, en la región de París, con 200 participantes alemanes, franceses y belgas, además de los participantes británicos que se habían incorporado recientemente a la FES. En 1962, un tercer campamento federal en Botassart (Bélgica) reunió a 250 exploradores y guías. En 1964, un cuarto campamento tuvo lugar en Marburgo (Alemania), con 400 exploradores y guías. Otro se organizó en Kergonan, en Bretaña, Francia, en 1968.

En 1962, Perig Géraud-Keraod y su esposa Lizig se unieron a la asociación francesa de la FSE. En pocos años, transmitieron al movimiento un espíritu específico y un dinamismo vivo, en una palabra, un alma. Fueron los comisarios generales de la asociación francesa durante casi 25 años. También estaban a cargo de la FES a nivel europeo. Gracias a su acción y a pesar de las dificultades externas, la FES experimentó un desarrollo considerable en Francia y en toda Europa. En 1986, cuando la pareja se retiró, la FES contaba con más de 50.000 miembros, por lo que podemos considerarlos como los verdaderos fundadores de la FES.

Perig Géraud-Keraod (1915-1997) fue un explorador cuando era joven. Durante la Segunda Guerra Mundial, tomó parte activa en la Resistencia Francesa. Después de la Liberación, fue un miembro activo de la Misión Católica Bretona en París.

En octubre de 1962, Pierre Géraud-Keraod (Perig en bretón) y Lucienne (Lizig en bretón) se unieron a la FES con sus 7 grupos de la “Comunidad de Scouts Bleimor”, de la Misión Católica Bretona.

Perig Géraud-Keraod dio un nuevo impulso a la asociación francesa y a toda la FES. Quería hacer revivir el escultismo católico del Padre Sevin, integrando en él un espíritu y una dimensión europea. Gracias a la acción de la pareja, el Directorio Religioso fue revisado en marzo de 1963. Se incorporó gran parte de la Carta del Escultismo Católico, que la Santa Sede había promulgado el 13 de junio de 1962. También en esa época se definieron el ceremonial y el uniforme, y se realizaron los primeros campamentos de entrenamiento para líderes y para jefes de patrulla. Perig y Lizig también iniciaron un amplio proceso de reflexión sobre los principios del escultismo, que condujo a la redacción y firma por parte de las asociaciones federadas de la “Carta de los principios naturales y cristianos del escultismo europeo” en junio de 1965.

En 1974 se fundó la asociación canadiense. En 1976, se creó una asociación católica en Alemania. También se crearon asociaciones en Italia y en Luxemburgo.

Con el fin de tener en cuenta estas novedades y preparar el futuro, la Federación estructuró su organización sobre bases más adecuadas. Los estatutos federales fueron actualizados. Con los nuevos estatutos federales, el nombre oficial pasó a ser el que se conoce hoy en día, es decir, “Unión Internacional de Guías y Scouts de Europa – Federación del Escultismo Europeo”. A partir de entonces, la FES se convirtió en la UIGSE-FSE.

En 1977 se crearon la asociación protestante alemana y la asociación suiza, y luego las asociaciones española y portuguesa en 1978. La asociación austríaca apareció en 1981.

El 12 de marzo de 1980, el Consejo de Europa concedió a la UIGSE-FSE el estatuto de entidad consultiva en el seno de la Conferencia de las Organizaciones Internacionales No Gubernamentales. Ahora, tiene un estatus participativo. El 9 de noviembre de 1989, la noticia de la caída del Muro de Berlín se dio a conocer durante la reunión del Consejo Federal en Roma. A partir de entonces, el desarrollo de la UIGSE-FSE comenzó a extenderse más allá del antiguo “Telón de Acero”. El principal artífice de este desarrollo fue el nuevo Comisario Federal, Gildas Dyèvre, fuertemente apoyado por las asociaciones francesas, italianas, alemanas y belgas.

Durante 50 años, el comunismo trabajó vigorosa e implacablemente para borrar la fe de la vida de los pueblos de Europa Central y Oriental. Pero fracasó y la UIGSE-FSE recibió peticiónes de información y solicitudes de ayuda de muchos países donde la gente quería conocer el Escultismo Cristiano para poder actuar a través de él para evangelizar a la juventud. Esto dio lugar al nacimiento de nuevas asociaciones de scouts que se unieron a la UIGSE-FSE, es decir, en Hungría en 1990, en Rumania en 1991 y en Lituania en 1992. En Polonia, la asociación de escultismo católico ZAWISZA, fundada clandestinamente en 1982, se incorporó a la UIGSE-FSE en 1995. En los años siguientes se crearon nuevos grupos en Albania, Bulgaria, Bielorrusia, Letonia, República Checa, Eslovaquia y Ucrania. En 2003, la asociación rusa ORIOUR fue admitida como “observadora”.

Hoy en día, la UIGSE está compuesta por más de 67.000 miembros en más de veinte países europeos, que se extienden al Canadá, los Estados Unidos, México y Argentina.