EL Método scout
El método scout llevado a cabo por las Guías y Scouts de Europa se basa en el método desarrollado por Lord Robert Baden-Powell y enriquecido por el Padre Jacques Sevin en Francia, junto con Jean Corbisier en Bélgica y el Conde Mario di Carpegna en Italia en las primeras décadas del siglo XX. Su objetivo es hacer crecer a los niños y adolescentes a través del juego, la aventura en la naturaleza y la responsabilidad dentro del grupo.
El escultismo europeo se centra en la educación diferenciada de chicos y chicas, atendiendo a sus necesidades específicas según su edad. El escultismo se vive en pequeños equipos en los siguientes grupos de edad:
- de 8 a 12 años, lobatos y lobatas,
- de 12 a 16 años, scouts y guías,
- a partir de los 17 años, pilotos y guías mayores.
Las actividades organizadas están diseñadas para ayudar a la juventud a florecer en cinco áreas tradicionalmente llamadas “los cinco fines del escultismo”:
- Salud: cómo se relaciona uno con su cuerpo. El chico aprende a desarrollarlo y protegerlo. Para ello, el chico aprende las normas de seguridad, higiene y primeros auxilios. La vida en la naturaleza y las actividades físicas son una palanca fundamental.
- Formación del carácter: cómo se relaciona uno con uno mismo. A través del esfuerzo, el chico aprende lo que es la voluntad, y a través de los deberes y responsabilidades, lo que es la responsabilidad.
- Sentido de lo concreto: cómo uno se relaciona con el mundo. Un niño es capaz de transformar elementos naturales en objetos, y de usarlos sin destruirlos.
- Servicio: cómo uno se relaciona con los demás. Un chico aprende a dar un servicio gratuito, por una sonrisa, por amor. Un chico da un poco de sí mismo, un poco de su tiempo para los demás cuando hace su Buena acción diaria, un pequeño servicio, espontáneo y único; es pequeño pero requiere un esfuerzo diario.
- Sentido de Dios: cómo uno se relaciona con Dios. El chico desarrolla su amor a Dios participando en los sacramentos y rezando con su patrulla o solo.
Siguiendo los principios del escultismo, los Scouts de Europa construyen su experiencia sobre los principios de la enseñanza mutua y del voluntariado: no hay educadores remunerados, ni personal remunerado en las unidades y en las patrullas, ya que deben aprender a ser autónomos. En cada grupo, los más experimentados ayudan y educan a los más jóvenes.